FECHA: Encuesta realizada via Internet entre el 17 de abril y el 17 de mayo de 2008.
OPCIONES: Las opciones planteadas en la encuesta fueron las siguientes: 1) Llamar al deudor para presionarlo; 2) Solicitar al deudor una reunión de trabajo; 3) Estudiar el caso y despúes llamar al deudor; 4) Negociar con el deudor un plan de pagos; 5) Estudiar el caso, definir la agenda y solicitar una reunión de trabajo y 6) Ninguna de las anteriores.
OPCIONES: Las opciones planteadas en la encuesta fueron las siguientes: 1) Llamar al deudor para presionarlo; 2) Solicitar al deudor una reunión de trabajo; 3) Estudiar el caso y despúes llamar al deudor; 4) Negociar con el deudor un plan de pagos; 5) Estudiar el caso, definir la agenda y solicitar una reunión de trabajo y 6) Ninguna de las anteriores.
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RESULTADOS: El 74% de los consultados consideran que lo primero que se debe hacer al momento de iniciar una gestión de cobranza es: estudiar el caso, definir la agenda y despúes solicitar una reunión de trabajo. Un 13% considera que lo prioritario es llamar al deudor para amenazarlo y el 13% restante opina que lo primordial es estudiar el caso y llamar rápidamente al deudor.
CONCLUSIONES: El éxito de una gestión de cobranza depende en gran medida de la planificación estratégica. A través de la planificación el ejecutivo de cobranza puede esbozar un plan de acción dirigido a alcanzar los objetivos planteados por su organización. Recordemos que la planificación es un proceso en el cual se definen de manera sistémica los lineamientos estratégicos de la gestión de cobranza. En este sentido, si deseamos alcanzar una cobranza efectiva debemos: 1) estudiar cuidadosamente el caso planteado, 2) definir nuestra agenda de trabajo y 3) favorecer una primera reunión de trabajo. Esta reunión nos permitá recolectar y procesar nuevos datos que serán de gran utilidad al momento de diseñar opciones y alternativas al acuerdo.
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