¿UN MUNDO DE TERCERA?Temas de Política Internacional
Martes 29 de abril de 2008
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El proceso de descolonización e independencia de las colonias europeas en Asia, África, Oceanía y el medio oriente que se inició a partir de la II guerra mundial supuso el final de los imperios coloniales y el surgimiento del llamado tercer mundo. Si bien el desarrollo de la descolonización había comenzado en el periodo de entre guerras, el proceso en sí se consolidó a partir de 1945.
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La segunda guerra mundial desencadenó un proceso de transformación que evidenció el estado de debilidad real de las naciones colonizadoras. La formación y desarrollo de movimientos nacionalistas que surgieron en el seno de estos pueblos, como corrientes de solidaridad y cooperación de naturaleza histórica, política, social y cultural representó un factor clave para la rebelión en las sociedades coloniales.
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Estados Unidos e Inglaterra defendieron un liberalismo a ultranza a fin de mantener abiertos al intercambio comercial los nuevos estados independizados. Se necesitaba ampliar los mercados para canalizar la reconstrucción de las economías capitalistas de las viejas potencias devastadas por la guerra, así como canalizar la alta productividad norteamericana que hasta la década de los cincuenta ostentó el monopolio de las ventas del comercio mundial. La mitad de la producción total mundial se desarrollaba en los Estados Unidos y los acuerdos de Bretton Woods (1944) garantizaron que el oro, 75% de cuyas reservas estaban en manos de EUA, fuese el patrón de cambio tras la guerra. De manera pues que el mantenimiento de los imperios coloniales constituía un contrasentido, puesto que las practicas proteccionistas obstaculizaban las posibilidades expansivas de las economías capitalistas.
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Es así como los efectos de las descolonizaciones se fueron haciendo visibles y a medida que se iban produciendo las independencias fue surgiendo el tercer mundo como un movimiento que insistía en su distinción de los bloques dominados por los norteamericanos y los rusos. El empleo del termino “Tercer Mundo” fue empleado por Alfred Sauvy en el año de 1952, en un articulo aparecido en Le Observateur, en su afán por hallar la similitud entre los países subdesarrollados recientemente descolonizados y los pueblos de América Latina.
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En definitiva, la descolonización de estos países les otorgó una independencia política que se veía vulnerada por la presencia de importantes problemas económicos y sociales derivados de la práctica colonial. Las relaciones de tipo feudal, el hambre, la miseria, la abundancia de recursos (materias primas) y la carencia de medios tecnológicos y científicos para explotarlos, conformarían un estado de cosas llamado subdesarrollo y que unió a estos países con los de América Latina contra el atraso y por unas claras posibilidades de desarrollo económico y social.
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Sin embargo, para algunos autores, el neocolonialismo se ha presentado como un fenómeno que busca mantener una dependencia económica casi colonial sobre las ex colonias que en la actualidad son Estados independientes y que constituye el problema político principal de los países del Tercer Mundo. La esencia del neocolonialismo parte del hecho de que un Estado siendo totalmente independiente con goce pleno de su soberanía, su sistema económico, sus políticas son manejadas por factores externos. Pero la situación actual del sistema internacional pone de manifiesto los altos niveles de interdependencia a nivel comunicacional, comercial, financiero y de telecomunicaciones que afrontan todos los países del globo, permitiendo una justa y necesaria integración de mercados como vía para alcanzar un mayor bienestar, desarrollo y progreso para nuestros pueblos.
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La segunda guerra mundial desencadenó un proceso de transformación que evidenció el estado de debilidad real de las naciones colonizadoras. La formación y desarrollo de movimientos nacionalistas que surgieron en el seno de estos pueblos, como corrientes de solidaridad y cooperación de naturaleza histórica, política, social y cultural representó un factor clave para la rebelión en las sociedades coloniales.
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Estados Unidos e Inglaterra defendieron un liberalismo a ultranza a fin de mantener abiertos al intercambio comercial los nuevos estados independizados. Se necesitaba ampliar los mercados para canalizar la reconstrucción de las economías capitalistas de las viejas potencias devastadas por la guerra, así como canalizar la alta productividad norteamericana que hasta la década de los cincuenta ostentó el monopolio de las ventas del comercio mundial. La mitad de la producción total mundial se desarrollaba en los Estados Unidos y los acuerdos de Bretton Woods (1944) garantizaron que el oro, 75% de cuyas reservas estaban en manos de EUA, fuese el patrón de cambio tras la guerra. De manera pues que el mantenimiento de los imperios coloniales constituía un contrasentido, puesto que las practicas proteccionistas obstaculizaban las posibilidades expansivas de las economías capitalistas.
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Es así como los efectos de las descolonizaciones se fueron haciendo visibles y a medida que se iban produciendo las independencias fue surgiendo el tercer mundo como un movimiento que insistía en su distinción de los bloques dominados por los norteamericanos y los rusos. El empleo del termino “Tercer Mundo” fue empleado por Alfred Sauvy en el año de 1952, en un articulo aparecido en Le Observateur, en su afán por hallar la similitud entre los países subdesarrollados recientemente descolonizados y los pueblos de América Latina.
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En definitiva, la descolonización de estos países les otorgó una independencia política que se veía vulnerada por la presencia de importantes problemas económicos y sociales derivados de la práctica colonial. Las relaciones de tipo feudal, el hambre, la miseria, la abundancia de recursos (materias primas) y la carencia de medios tecnológicos y científicos para explotarlos, conformarían un estado de cosas llamado subdesarrollo y que unió a estos países con los de América Latina contra el atraso y por unas claras posibilidades de desarrollo económico y social.
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Sin embargo, para algunos autores, el neocolonialismo se ha presentado como un fenómeno que busca mantener una dependencia económica casi colonial sobre las ex colonias que en la actualidad son Estados independientes y que constituye el problema político principal de los países del Tercer Mundo. La esencia del neocolonialismo parte del hecho de que un Estado siendo totalmente independiente con goce pleno de su soberanía, su sistema económico, sus políticas son manejadas por factores externos. Pero la situación actual del sistema internacional pone de manifiesto los altos niveles de interdependencia a nivel comunicacional, comercial, financiero y de telecomunicaciones que afrontan todos los países del globo, permitiendo una justa y necesaria integración de mercados como vía para alcanzar un mayor bienestar, desarrollo y progreso para nuestros pueblos.
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Nota: Artículo originalmente publicado por Rosas González en octubre de 2002 en el Correo del Caroní (http://www.correodelcaroni.com/)
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