¿Nos aproximamos hacia un nuevo reordenamiento? (II Parte)

¿Nos aproximamos hacia un nuevo reordenamiento del sistema internacional?

(SEGUNDA PARTE)

Temas en Relaciones Internacionales

Martes, 24 de junio de 2008

Por Enrique Rosas González

El cuarto y último reordenamiento sucedió en el año de 1989 con la caída del Muro de Berlín que mantuvo dividida a Alemania en dos grandes zonas de influencia y con la disolución de la Unión Soviética que representaba el segundo gran centro de poder mundial después de los Estados Unidos de Norteamérica. El fin de la bipolaridad supuso la ascensión de EUA como la nación más poderosa del planeta, afectando por completo el conjunto de relaciones interestatales que delimitaban el sistema de Estados. El advenimiento de la era unipolar significó cambios radicales no sólo en las estructuras de poder del sistema internacional, sino también en las relaciones políticas, económicas, sociales y militares que generaba el propio sistema.

La historia antes relatada nos enseña que por lo general los reordenamientos vienen precedidos por una cadena de eventos caóticos. Al estudiar muchos de los sucesos que han ocurrido en los últimos años nos encontramos con uno muy particular: Los ataques terroristas del 11 de septiembre del 2001, hecho que mas allá de cambiar la vida del ciudadano común en los Estados Unidos, transformó por completo algunas categorías legales en el Derecho Internacional. Estos cambios se tradujeron en modificaciones en la definición de terrorismo, en el concepto de autodefensa, así como, en la generación de una costumbre instantánea.

Cabe recordar que después de la disolución de la Unión Soviética, el presupuesto militar norteamericano entró en una etapa de drásticas reducciones. Muchos de los Estados de la Unión Americana se vieron afectados por tales reajustes presupuestarios, afectando de manera directa la economía local y en particular a las empresas de producción armamentista que allí operaban. Con la desaparición de la URSS, los EUA había perdido no sólo a su mayor enemigo, sino también a aquellas razones que justificaban ante el congreso una inversión de seguridad tan elevada. Pero cuando nadie se lo imaginaba, los ataques terroristas del 11 de septiembre del 2001 cambiaron por completo esta concepción y crearon las condiciones para que se reactivara el presupuesto de seguridad y defensa a cifras nunca antes vista. Y como no hacerlo. Los EUA habían descubierto a un nuevo enemigo. Una fuerza cuyas operaciones se esparcían a lo largo de 60 naciones y con un poderío tan peligroso que podía arrastrar al mundo a escenarios de incertidumbre y desesperanza.

Los ataques terroristas del 11 de septiembre, estimularon el desarrollo de la doctrina de ataque o guerra preventiva y junta a ella se realizaron intervenciones militares en Afganistán e Irak a los fines de derrocar a gobiernos que atentaban contra la estabilidad mundial. Recientemente, se produjo una nueva guerra árabe-israelí, siendo la primera en emplear de manera pública este tipo de principio. El ataque de Israel a posiciones terroristas de Hezbolá en el Líbano pudo haber iniciado la apertura de escenarios muy complejos. Una posible regionalización del conflicto y un eventual triunfo de Occidente sobre Siria e Irán pudieran generar un significativo reordenamiento del sistema internacional como consecuencia del poder y el gran control sobre los desenlaces que otorgaría el manejo y dominio definitivo de determinados recursos energéticos de gran importancia para la subsistencia hegemónica de las grandes potencias.

NOTA: Artículos originalmente publicados por Rosas González en agosto 2006 en Noticiero Digital. Venezuela (http://www.noticierodigital.com/)